Mosaico hidráulico
Un
mosaico hidráulico es una
baldosa decorativa de
cemento pigmentado, de uso interior y exterior. Inventado en el sur de
Francia a mediados del siglo XIX, fue usado como pavimento en las construcciones hasta los años 60 del siglo XX.
El proceso de fabricación se caracteriza por el uso de moldes
metálicos («trepas») para la aplicación de los colores, que
posteriormente son fijados a la base de
cemento mediante el uso de
prensa hidráulica.
Las primeras referencias son de 1857 si bien su consolidación como
producto alternativo a la piedra natural, (mármol principalmente), fue
en la
Exposición Universal de París de 1867
donde la empresa Garret, Rivet y Cía. lo presentaba como un tipo de
baldosa que no requería cocción sino que se consolidaba mediante
prensas. Las medidas de las baldosas eran básicamente de 10 x 10, 15 x
15, 20 x 20, 25 x 25 y 40 x40 cm, pero las más habituales fueron las de
20 x20.
La coincidencia de esta técnica con el desarrollo del
modernismo
hizo que los diseños fueran más complejos y artísticos y que los
fabricantes contaran con los diseñadores de moda entre sus
colaboradores, como
Alexandre de Riquer,
Domènech i Montaner,
Josep Puig i Cadafalch,
Josep Pascó y
Enric Sagnier.
1 Antoni Gaudí diseñó un único pavimento, para la
Casa Batlló, que finalmente no se colocó en esta casa pero sí en la
Casa Milà y que ahora pavimenta las aceras del
Paseo de Gracia
de Barcelona. Los dibujos representaban formas geométricas, florales o
vegetales. Los diseños más sencillos tenían un dibujo que se repetía y
combinaba pieza a pieza. Generalmente los decoradores componían los
diseños simulando una alfombra que ocupaba toda la habitación y que
requería baldosas que conformaran una cenefa perimetral. También era
habitual que la composición de la imagen final se obtuviera con la
combinación de 2, 4 o 6 piezas diferentes, lo que complicaba de forma
notable la producción e instalación.
Proceso de fabricación y colocación
El mosaico hidráulico se fabricaba pieza a pieza. El artesano elegía
los colores que iba a utilizar y preparaba una pasta con agua, mezclando
polvo de mármol blanco,
cemento blanco,
arena y
pigmentos.
Este preparado se vertía en la «trepa», que consiste en un molde que
integra unos separadores de bronce o latón encajados dentro de un marco.
Cada espacio se llenaba con su color correspondiente. Cuantas más
tonalidades tuviera el dibujo, más tiempo para su elaboración era
necesario, por lo que el coste de la loseta aumentaba. Esta capa, la
decorada, que es la que era visible cuando estaba colocada, tenía unos
4-5mm de espesor.
Cuando la «trepa» se había llenado con las diferentes pastas de
colores, se añadía una segunda capa, de un grosor similar, formada por
una mezcla de cemento gris y arena, con la función de absorber el exceso
de agua de la primera. Finalmente se terminaba de llenar hasta los 20 ó
25 mm que solía tener el grueso del ladrillo, con la capa de apoyo,
constituida por cemento gris, cemento común y arena, de textura más
porosa para facilitar la adherencia en su colocación. El molde rellenado
se colocaba bajo una
prensa hidráulica
que la comprimía. Después, se extraía del molde, se dejaba secar y se
sumergía en agua durante 24 horas. Para que el cemento quedase
perfectamente endurecido, las baldosas se rociaban con agua y se ponían
en una cámara húmeda durante 28 días, que es el tiempo que tarda el
cemento en endurecerse debido al proceso químico iniciado gracias al
agua. De ahí recibe el nombre de hidráulico y no del hecho de emplear
prensas hidráulicas (en un principio las prensas eran manuales).
Es importante remarcar que si bien su uso ha disminuido, todavía
existen muchas fábricas que los siguen realizando de la manera
tradicional tanto para su uso en la restauración de antiguas casas, como
para ser colocados en propiedades nuevas.
El sistema de fabricación del suelo hidráulico no ha cambiado
prácticamente nada desde sus orígenes. Las baldosas hidráulicas no están
hechas de barro o adobe, ni cocidas, como en el caso de las baldosas de
cerámica. Como su nombre lo indica, estos suelos están hechos de
cemento comprimido con prensas hidráulicas. Esto es confiere una gran
resistencia y solidez.
Además de su resistencia, estas baldosas se caracterizan por su
versatilidad, su gran variedad de dibujos y de colores naturales que las
hacen aptas tanto para interiores como exteriores.