Abrillantado cristalizado suelos
El abrillantado o cristalizado es apropiado para mantener
limpios y brillantes los mosaicos hidráulicos o romanos, los terrazos y
los mármoles. No resbala, y da un acabado elegante, a la vez que
proporcionan la impresión visual de que el suelo está mojado. Se
consigue en un proceso en el que intervienen tres componentes
esenciales: el decapante, que limpia y da una base de brillo, los
selladores, que igualan la base del primero y facilitan la tarea del
tercer componente que es el cristalizador en cuestión que da el acabado.
El mantenimiento es mínimo pues se utiliza la mopa, la escoba un
aspirador para el polvo y se friega con agua y una pequeña cantidad de
jabón, conviene recordar utilizar solo un pequeño tapón como dosificador
para este, y llenar al máximo el cubo de agua. Es contraproducente
utilizar agua caliente para limpiar un pavimento vitrificado. En nada
afectará a la piedra, a la baldosa en sí, pero si puede disolver la sal
vitrificada que sella el poro de la piedra. El principal componente de
los cristalizadores es el fluorosilicato de magnesio, un fluor de
sílices de magnesio que disuelto en agua penetra en el poro del suelo de
piedra pulida cristalizándose en ella y reforzando a esta. La duración
del cristalizado depende de varios factores. Desde el tipo de material
del embaldosado al tránsito, número de personas y concentración del
tránsito por puntos para el desgaste localizado y los productos
utilizados en la limpieza, así como la perioricidad y el detalle de la
misma.
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